Durante la segunda mitad del siglo XX, el desarrollo y la sofisticación del sistema de PI realmente despegó tanto en el frente internacional como en el nacional. La segunda mitad del siglo XX fue especialmente importante en Europa. En 1957, la conclusión de la Tratado de Roma allanó el camino a un proceso de integración europea, cuyo principal objetivo era la creación de un mercado interior en el que se garantizara la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales. La propiedad industrial e intelectual ("PI") y la progresiva armonización de los principales derechos de PI en todos los Estados miembros de lo que hoy es la Unión Europea ("UE") también han sido funcionales a la construcción de un mercado interior.
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