En el 30 aniversario del Mercado Único, es sin embargo importante recordar que no siempre fue así. Antes del Mercado Único, las empresas, los diseñadores y los innovadores tenían que enfrentarse a un sistema de PI fracturado y dispar en Europa, con pocas garantías de que su derecho de PI registrado en un Estado miembro fuera aceptado en otro.
Una mirada retrospectiva
El Mercado Único se estableció el 1 de enero de 1993 tras la firma del Acta Única en 1987 y del Tratado de Maastricht el 7 de febrero de 1992. Suprimió con éxito las barreras a la circulación de bienes, servicios, mano de obra y capitales, al tiempo que ofrecía innumerables oportunidades a millones de empresas y consumidores en Europa. La importancia de la propiedad intelectual en este proceso ya estaba clara cuando se formuló la idea de un mercado único. Un libro blanco de 1985, "La realización del mercado interior", afirmaba que las diferencias en las legislaciones sobre propiedad intelectual tenían un impacto directo y negativo en el comercio intracomunitario y "en la capacidad de las empresas para tratar el mercado común como un entorno único para sus actividades económicas".
El documento destacaba el primer paso necesario para alcanzar una decisión sobre una marca comunitaria y sobre una propuesta de convergencia de las legislaciones nacionales en materia de marcas. El Libro Blanco preveía considerables ventajas derivadas de estas propuestas: se abrirían nuevos mercados a las empresas europeas al permitirles obtener, con una única solicitud, una marca que abarcara todos los Estados miembros. Una parte necesaria de este proceso: una propuesta de la Comisión Europea sobre la creación de una nueva "Oficina de marcas comunitarias".
Las empresas europeas aún tendrán que esperar unos años para ver materializada la propuesta. Sin embargo, un año después del establecimiento del Mercado Único, la EUIPO nació en Alicante, España, en 1994. Nuestro nombre era, por aquel entonces, Oficina de Armonización del Mercado Interior.
La EUIPO: un éxito del mercado único
El Mercado Único queda ejemplificado en la historia de la EUIPO y en las numerosas ventajas que su creación ha aportado a las empresas de la UE. Al garantizar que los creadores y titulares de propiedad intelectual (como marcas, diseños y patentes) puedan proteger sus creaciones y beneficiarse de ellas en toda la UE, el sistema de propiedad intelectual ha desempeñado un papel importante en la creación del mercado único. La EUIPO, la marca de la UE (EUTM) y el dibujo o modelo comunitario registrado (RCD) son excelentes ejemplos de este éxito; cumplen la visión original de eliminar barreras para las empresas permitiéndoles registrar su propiedad intelectual en toda la UE con una sola solicitud. En la actualidad, registramos alrededor de 150 000 marcas y más de 80 000 dibujos y modelos cada año.
Además, la creciente armonización de las legislaciones nacionales sobre propiedad intelectual reduce la confusión, aumenta la seguridad y facilita a las empresas prosperar en la UE. La EUIPO ha desempeñado un papel fundamental en este proceso de armonización, contribuyendo a crear unas condiciones equitativas para las empresas que operan en el mercado único, fomentando la innovación y añadiendo valor a la propiedad intelectual para las empresas y los ciudadanos de Europa y de fuera de ella.
Estos esfuerzos se ponen de relieve en el recién publicado 2023 Informe anual sobre el mercado único. En él, la Comisión Europea destaca los derechos de propiedad intelectual como uno de los elementos clave para el buen funcionamiento del mercado único y elogia el papel de la EUIPO en la protección de la propiedad intelectual durante sus 30 años de existencia. Actualmente, un amplio esfuerzo para establecer el sistema de patente unitaria, que está previsto que comience el 1 de junio de 2023, reforzará aún más el mercado único al proporcionar una nueva herramienta para que los innovadores europeos protejan su propiedad intelectual. Con una protección uniforme en todos los países participantes, proporcionará una enorme ventaja de costes a los innovadores y reducirá las cargas administrativas. Aunque la EUIPO no participa directamente en la elaboración del sistema de patente unitaria, muestra la continua necesidad que existe de seguir armonizando la legislación sobre propiedad intelectual en toda la UE.
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